Vuelta al trabajo con ilusión

La vuelta al trabajo después de las vacaciones suele vivirse con cierto peso: madrugones, rutina, tareas pendientes, obligaciones. Para muchos, septiembre se convierte en una especie de “mini enero” lleno de listas, deberes y presión.

Pero ¿y si esta vez decides vivirlo de otra manera?

No se trata de forzar el entusiasmo, sino de cambiar la perspectiva: ver el regreso no como un castigo, sino como una oportunidad. Una rutina estable, una nueva etapa, un nuevo inicio. Porque cuando cambias la mirada, cambia tu experiencia emocional.

🧠 ¿Por qué sentimos rechazo al volver?

Después de unos días de descanso, el cuerpo entra en modo relajado. Volver al ritmo habitual implica adaptarse de nuevo, y eso genera una resistencia natural al cambio.

Además, solemos volver con dos trampas mentales:

  • La comparación con las vacaciones (“Estaba tan bien… ojalá seguir allí”)
  • La anticipación negativa (“No voy a poder con todo”, “Va a ser agotador”)

Y cuanto más te repites que “la vuelta va a ser dura”, más la vives así.

🌱 ¿Y si haces espacio para otra mirada?

Volver al trabajo también puede significar:

  • Recuperar estructura y propósito
  • Reencontrarte con personas que aprecias
  • Retomar rutinas que te sostienen
  • Usar todo lo aprendido durante las vacaciones (reflexiones, decisiones, autocuidados)

Incluso si tu trabajo no es perfecto, hay cosas que puedes agradecer: tener una fuente de ingresos, un entorno al que volver, estabilidad, aprendizaje, sentido. La gratitud no niega lo difícil, pero te conecta con lo que sí está presente y tiene valor.

🛠️ Herramienta práctica: ritual consciente para volver con buena energía

Haz este ejercicio el día antes de volver (o durante los primeros días). Te ayudará a reconectar con una mirada más amable y propositiva.

1. Escribe una carta breve de agradecimiento
Dirígela a tu trabajo actual (sí, aunque no sea perfecto). Agradece lo que te ha aportado: experiencias, crecimiento, estabilidad, vínculos, aprendizajes.

2. Elige una intención para este nuevo ciclo
¿Qué quieres sembrar en esta etapa? No tiene que ser ambicioso. Puede ser algo como: “quiero vivir el trabajo con más calma”, “quiero cuidarme también en lo laboral”, “quiero volver a disfrutar lo que sí me gusta”.

3. Crea un mini ritual de bienvenida
Estrena una libreta, decora tu escritorio, saluda con cariño a tus compañeros, escucha tu playlist favorita camino al trabajo. Los pequeños gestos marcan la diferencia.

💡 Septiembre no es el fin: es un nuevo inicio

La vuelta no tiene por qué doler. Puede ser una oportunidad para reconectar contigo, con tus metas, con tu rutina… y para aplicar todo lo que aprendiste durante el descanso.

Vuelve con gratitud, con intención, con cuidado. El trabajo es parte de la vida, no su enemigo. Y cuando lo vives desde la presencia, incluso lo difícil se transforma.

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